NOS GUSTA EL PERFECCIONISMO

RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS COMPLEJOS QUE OTROS NO HAN PODIDO AFRONTAR O RESOLVER

NOTICIAS

19-4-2023 DEMOCRACIA, Y ÉSTO QUÉ ES?

No sé si os habéis dado cuenta. Imagino que sí. Se está hablando de «democracia» continuamente. Todos los grupos políticos pretenden tener el patrimonio, la propiedad del término. Por supuesto los rivales no son «demócratas». Y por poco que se pasen se convierten en fascistas.

 

Por tanto cada político que se precie, tiene su propia definición de democracia. Para los de izquierda la democracia les pertenece e igualmente para los que militan en la derecha. Igual sucede con los monárquicos y los republicanos.

 

Pero a la hora de profundizar mínimamente no se llega a ninguna conclusión. ¿Porque, los «progresistas» son más demócratas que los «conservadores»? Pues no se sabe. Seguramente les sería difícil el contestar y establecer diferencias entre una y otra tendencia. Y lo mismo sucede con los extremos. Los supuestos o reales «radicalismos». La extrema derecha, frase que por cierto se utiliza más que la extrema izquierda, supongo porque en esto hay mucha timidez y vergüenza. Y porque se asume que este es un país de izquierdas y queda siempre mejor decir que uno es progresista.

 

También los independentistas, por aquí cerca, se vanaglorian de ser los únicos «demócratas». Y en Madrid, naturalmente ellos entienden que hay menos democracia, por aquello de que el gobierno utiliza la capital para ir contra los intereses de la periferia.

 

Además los que de esta guisa se consideran adalides de la «democracia», creen también que ello les da una patente o un aval para actuar al margen de la ley y del derecho. Esto es, «la democracia es anterior a la ley». Por delante de las leyes está la democracia. Dicho de otra manera. Si las leyes no me gustan y me obligan a cumplirlas, es que no hay democracia. «Democracia» es ya, finalmente, lo que a mi me parece, lo que a mí me interesa de acuerdo con mi credo político.

 

Llegados a este punto, ya entramos en la confusión más absoluta. Aunque en la práctica se ha de concluir que quien tiene el poder y habla de democracia, tiene más posibilidades de que sus afirmaciones tengan un gran eco, que quienes la quieren para sí, pero pintan menos en el marco politico.

 

Por tanto quien manda es quien finalmente define la «democracia». Aunque ello no es ninguna garantía de que se comporte como tal. Y que las actuaciones de su gobierno no se aparten de respetar sus principios más básicos. Si preguntáis a todos los dictadores, si su régimen es democrático, os dirán que sí. Y esto vale también en muchas ocasiones para gobernantes en sistemas constitucionales del mundo occidental.

 

Por tanto, y para terminar. Hablemos menos de democracia y comportémonos más como auténticos demócratas. Pero no se si me van a hacer caso.

 

19 de abril de 2023

19-4-2023 DEMOCRACIA, Y ÉSTO QUÉ ES?

No sé si os habéis dado cuenta. Imagino que sí. Se está hablando de «democracia» continuamente. Todos los grupos políticos pretenden tener el patrimonio, la propiedad del término. Por supuesto los rivales no son «demócratas». Y por poco que se pasen se convierten en fascistas.

 

Por tanto cada político que se precie, tiene su propia definición de democracia. Para los de izquierda la democracia les pertenece e igualmente para los que militan en la derecha. Igual sucede con los monárquicos y los republicanos.

 

Pero a la hora de profundizar mínimamente no se llega a ninguna conclusión. ¿Porque, los «progresistas» son más demócratas que los «conservadores»? Pues no se sabe. Seguramente les sería difícil el contestar y establecer diferencias entre una y otra tendencia. Y lo mismo sucede con los extremos. Los supuestos o reales «radicalismos». La extrema derecha, frase que por cierto se utiliza más que la extrema izquierda, supongo porque en esto hay mucha timidez y vergüenza. Y porque se asume que este es un país de izquierdas y queda siempre mejor decir que uno es progresista.

 

También los independentistas, por aquí cerca, se vanaglorian de ser los únicos «demócratas». Y en Madrid, naturalmente ellos entienden que hay menos democracia, por aquello de que el gobierno utiliza la capital para ir contra los intereses de la periferia.

 

Además los que de esta guisa se consideran adalides de la «democracia», creen también que ello les da una patente o un aval para actuar al margen de la ley y del derecho. Esto es, «la democracia es anterior a la ley». Por delante de las leyes está la democracia. Dicho de otra manera. Si las leyes no me gustan y me obligan a cumplirlas, es que no hay democracia. «Democracia» es ya, finalmente, lo que a mi me parece, lo que a mí me interesa de acuerdo con mi credo político.

 

Llegados a este punto, ya entramos en la confusión más absoluta. Aunque en la práctica se ha de concluir que quien tiene el poder y habla de democracia, tiene más posibilidades de que sus afirmaciones tengan un gran eco, que quienes la quieren para sí, pero pintan menos en el marco politico.

 

Por tanto quien manda es quien finalmente define la «democracia». Aunque ello no es ninguna garantía de que se comporte como tal. Y que las actuaciones de su gobierno no se aparten de respetar sus principios más básicos. Si preguntáis a todos los dictadores, si su régimen es democrático, os dirán que sí. Y esto vale también en muchas ocasiones para gobernantes en sistemas constitucionales del mundo occidental.

 

Por tanto, y para terminar. Hablemos menos de democracia y comportémonos más como auténticos demócratas. Pero no se si me van a hacer caso.

 

19 de abril de 2023

16-4-2023 "SEX APPEAL" POLÍTICO

Claro que el «sex appeal», tiene importancia en el orden político. ¿Porque no?. Votamos en función de una serie de factores. El personal no es el menos importante. El sex appeal dice el diccionario es «una cualidad tanto física como personal. Un conjunto de características de una persona que nos atraen, por como se expresa, como se mueve…» «poder de atracción física y sexual de una persona» «capacidad de atraer un interés».

 

De esto se habla poco. Pero insisto tiene su importancia. Y en ocasiones seguro que esta circunstancia nos hace olvidar otros aspectos más esenciales de la persona. Hombre o mujer.

 

Por ejemplo. Pedro Sánchez. Seguro que para muchas mujeres tiene «sex appeal». Un tipo alto, bien parecido, con carácter, con ademanes que transmiten atracción o simpatía. Todos estos atributos pueden generar,- y de hecho la generan- la devoción hacia el líder.

 

¿Y Pablo Iglesias?. Pues también. Distinto a Sánchez, pero un auténtico «macho alfa», frase muy manoseada, cuya definición desconozco, pero seguro se asemeja al «sex appeal».

 

¿Y que hacemos con Nuñez Feijoo, el estandarte de los populares? Pues creo que menos. Imagino que despierta menos fervores que los mencionados anteriormente. Tampoco sabría decir porqué. Pero así observando las actuaciones de uno y otros, me atrevo a afirmar que Sanchez e Iglesias, pueden cosechar más acólitos y más entusiasmo, que pueda hacerlo Feijoó.

 

No hace falta repasar la historia para llegar a conclusiones acerca de la percepción que los pueblos han tenido de los políticos que han ostentado un liderazgo y un poder en sus países. La atracción y la pasión que han producido algunos de ellos,- en ocasiones un muy peculiar sex-appeal»- ha originado desastres y guerras. ¿Tenía Hitler un sex appeal?. Extraño sí, pero debía tenerlo con el fervor con el que se le escuchaba. En definitiva una especie de magnetismo personal sin el cual el político tiene poco que hacer en la contienda por hacerse con el poder.

 

Por tanto y concluyo. No marginemos el factor personal. La ideología, bien. Pero quien la vende resulta decisivo. Sanchez, ya tenemos experiencia, nos ha vendido lo que le ha parecido bien. Y muchos se han quedado con él. Iglesias sigue el mismo camino, bien que con menos fortuna. Y aunque la película se ruede en blanco y negro, Santiago Abascal les va a la zaga. Y en cuanto al género femenino, «sex appeal» para Yolanda Díaz y para Ayuso. Las demás menos. Bastante menos.

 

Las elecciones nos van a dar una medida de lo que digo. No es nada nuevo, pero vale la pena recodarlo.

 

16 de abril de 2023

 

16-4-2023 VIVIENDAS PARA TODOS

Antes de las elecciones, municipales, autonómicas y generales, quiere el ejecutivo de Sánchez culminar su obra de gobierno con otra ley «estrella», la de la vivienda. Con bombo y platillo ha presentado a la prensa su proyecto que deberá ser aprobado en el Parlamento. Todos los socios de coalición han aplaudido la iniciativa en la que según explican han estado trabajando desde los inicios de legislatura, con singular celo y constancia.

 

Evidentemente. El objetivo ha de ser, «vivienda para todos». Y por supuesto a precios asequibles. No como lo que sucede ahora que los alquileres se llevan la parte del león del sueldo mensual. Muy bien. ¿Y esto cómo se va a conseguir?. Los autores del proyecto han dispuesto que los alquileres tengan un tope al alza y que las autonomías puedan establecer diferencias entre «grandes» y «pequeños» tenedores. Por ejemplo más de diez viviendas, gran tenedor, aunque en las denominadas «zonas tensionadas» a partir de las cinco se considere ya al propietario como una especie de potentado capitalista.

 

Naturalmente con topes, límites y sanciones no va a haber suficiente. Tendrá que construirse mucha obra pública. Y para esto va a hacer falta dinero. Recursos que tendrán que venir del presupuesto. Y veremos cómo se lleva a cabo todo ello. Por otra parte, la construcción de la obra pública requerirá disposición por parte de los Ayuntamientos de una reserva de solares o de financiación para la adquisición de los mismos.

 

Y otra cuestión muy fundamental. En Barcelona más que en Madrid, por ejemplo, no hay solares. O muy pocos. Si se efectúa un inventario en la ciudad condal de espacios libres para edificar, con toda seguridad las cifras serán muy menores. El suelo para dedicar a estos fines debe estar bastante agotado.

 

¿Y los promotores de viviendas?. ¿Iniciativa privada?. Esta podría ser una buena alternativa a fin de conjugar intereses con el sector público. Los promotores, constructores y demás, se lanzarán a edificar más viviendas en la medida en que salga a cuenta. Tendrán que buscar Administración e inversores privados vías de diálogo y entendimiento para que de este modo se vaya cubriendo el déficit existente.

 

Total. La ley muy bien. Por decir alguna cosa. Porque con la ley no se resuelve nada o casi nada. El mercado tiene sus propias leyes. Y en el ámbito de la vivienda las experiencias de un gobierno municipal como el de la Colau han sido desastrosas. Demasiada ideología. La falta de vivienda y los precios en determinadas zonas, se resuelve con el incremento de la oferta. Básicamente con un mayor número de ellas. Y por supuesto con más inversión. Pública o privada. Lo demás es aplicar a una enfermedad recurrente los habituales paños calientes.

 

Las elecciones podrían aportar alguna luz a un cambio de ruta, en función naturalmente de los resultados.

 

A ver si hay un poco de suerte. Con permiso de los electores.

 

16 de abril de 2023